viernes, 7 de septiembre de 2007

Qué deben copiar ellas de los hombres


Ciertas características son nada menos que las respuestas a algunos de los peores defectos o mayores problemas de las mujeres. Conozca los hábitos para imitar.

Si bien hay costumbres masculinas reprochables, como temerle al médico, rascarse las partes en público como si nadie los viese o decir groserías como si eso fuese algo inteligente, según un artículo del diario británico The Guardian los hombres tienen las claves de la felicidad.

"Sean como los hombres: más felices, más saludables y más delgados": seis cosas que las mujeres debieran imitar.

Los hombres no hacen dieta. Un reciente estudio de imagen corporal descubrió que el 50% de las mujeres constantemente están a dieta y que el 34% saltea alguna comida para perder peso.

"Pero los hombres no hacen dieta realmente", dice la nutricionista Carina Norris al diario británico. "Raramente sienten emoción loca por la comida y tienden a oír más a sus cuerpos. Cuando tienen hambre, comen. Si no, no comen. Y si les gusta la carne y las papas fritas, van por eso".

En cambio, las mujeres comen cuando están tristes, o aburridas o solas, y no sólo cuando tienen hambre. También "evitan" las "malas" comidas y se aferran a las "buenas", lo que las lleva a insatisfacción y al final comen o beben más que lo que creen.

Ser como hombres en este punto es que un buen bife -plato más "masculino"- puede ser más sano que ensaladas enormes o pastas con salsas; además, dice la especialista, si tienen hambre comen, saborean cada bocado y dejan de comer cuando se llenan.

Hacen ejercicio. El picadito, el tenis, correr o el gimnasio, siempre algo físico los aglutina. Las mujeres tienden más a hacer dietas que ejercicio. El director de la empresa que le hace perder peso a la escultural Spice Girl Geri Halliwell dice que las mujeres no queman las calorías que comen y que terminan con la piel floja, aunque sean delgadas.

Ser como hombre implica mezclar disciplinas "cardio", como correr, con levantamiento de pesas. Las chicas les temen a las pesas pero en verdad no las deforman sino que, por el contrario, distribuyen la grasa del cuerpo y le dan un aspecto más longuilíneo.

Son egoístas con su "tiempo personal". Menos hombres que mujeres dejan de lado sus hobbies cuando se casan. Ellas abandonan sus tardes en el shopping o salidas con amigas.

El especialista Cary Cooper, de la Universidad Lancaster, afirma que las mujeres, por otro lado, son más complacientes que los hombres y que se espera que sean "agradables".

Ser como ellos implica aferrarse a un cierto tiempo para uno mismo y no ceder. Aunque sean pocas horas o un programa corto, clases de algo o caminatas.

Arreglarlo es más fácil de lo que parece. No se quedan pegados largamente a los problemas. Un asunto escabroso que se comparte es un problema doble, según una investigación de especialistas de la Universidad de Missouri.

Hallaron que la charla excesiva con amigos sobre problemas los hace parecer peores y que aumenta la depresión y la pena. Es cierto que dar detalles sexuales, verbales o espaciales de las peleas es un talento de bandera femenina.

Los hombres tienden a resolver, y las mujeres a hablar. Si la mujer está mal por algo, lo debe hablar con una amiga inmediatamente, en cambio el hombre intenta encontrarle solución y seguir.

Siguen adelante. Los hombres se mueven de una relación a otra o de un estado a otro con más flexibilidad. Las mujeres hacen duelos largos, van a detalles, apuntan los errores. Pero si bien es bueno "velar" durante un periodo los fracasos o ausencias, las mujeres deben darse una fecha tope. Llorar, cortar y seguir adelante. Socializar, sin emborracharse penosamente, y hacer ejercicio, para disparar las hormonas de la felicidad.

No fingen. Ni los orgasmos ni los halagos. Las palabras "agradables" no siempre resuelven mejor los problemas. Y en cuanto al sexo, a ellos el clímax les reduce posibilidades de cáncer de próstata y como a todos baja el estrés y la ansiedad.

También los hace sentir estupendamente. Mientras, las mujeres inventan gemidos verosímiles. "No finjan más", dice la especialista en sexo Denise Knowles, del programa Relate. "No es justo para el hombre ni para la mujer; es una exigencia que ellas se adjudican", afirmó. Ser como hombre es hacer lo que uno desea para llegar al orgasmo. Y una regla: si dejan de fingir, los tienen más seguido.

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