miércoles, 6 de febrero de 2008

Las mujeres no son todas iguales


Una vida sexual saludable en la pareja necesita sí o sí que ambos integrantes de la misma puedan disfrutar tanto como sea posible de ella.

Si bien durante mucho tiempo una sociedad más bien machista solo indicaba que el que tenia que disfrutar era el hombre (o por lo menos era el único que tenia la posibilidad de reconocer que disfrutaba con el sexo), la verdad es que todos sabemos que en una relación donde hay amor el sexo se demuestra a través de un doble juego: dar placer y recibir placer.

Cuando realmente nos interesa la otra persona y queremos que el momento de hacer el amor sea verdaderamente mágico, no existe el egoísmo. Las dos personas desean que el otro llegue al orgasmo, que puedan tener ese momento de mayor placer, que el éxtasis pueda arrastrarlos.

Por supuesto, en todos los comentarios que hacemos se sobreentiende que estamos hablando de una relación de pareja donde el amor es importante, no de una simple relación casual.

En el sexo casual pareciese que hay lugar para el egoísmo, ya que no nos importa realmente la otra persona. Igualmente, dependerá de quien sea la persona involucrada, ya que la mayor parte de los hombres sabe que disfruta mucho más de la relación sexual cuando su compañera también lo hace.

Es una especie de retroalimentación: cuanto más placer somos capaces de darle a la otra persona, también más placer es capaz de darnos la otra persona, así también como la situación y todo el proceso que esta involucrado en el acto sexual.

Hay una especie de mito muy difundido y que se puede haber escuchado nombrar seguramente en incontables películas que dice que las lesbianas aseguran que las mujeres disfrutan más de estar con otras mujeres porque estas conocen mejor la anatomía femenina y saben de que manera darles placer, mientras que los hombres pueden ser un poco toscos en frente de esta tarea.

Más allá de si esto es verdad o no y dejándolo de lado ya que realmente no nos interesa para los fines de este artículo, lo que podemos decir es que muchos hombres pueden sentirse un poco confundidos sobre cual es la forma de darle placer a su compañera.

No es que sean incapaces de hacerlo, ya que de hecho disponen de todas las características físicas para hacerlo, sino que una cierta falta de conocimiento respecto a que es lo que les gusta a las mujeres y como funciona eróticamente su organismo muchas veces hace que les resulte difícil lograr que puedan llegar al clímax.

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