domingo, 25 de mayo de 2008

Los mitos sexuales que ya dejaron de ser


Las personas no pierden su virginidad a menor edad y los casados tienen relaciones con mayor frecuencia, son algunas de las conclusiones de un estudio global sobre el comportamiento amoroso.

Un estudio llevado a cabo por investigadores británicos reveló que no existe un vínculo directo entre promiscuidad y enfermedades transmitidas sexualmente, que las personas no están perdiendo su virginidad a edades menores y las parejas casadas tienen relaciones sexuales más frecuentes.

El estudio, que desmitifica creencias globales sobre la sexualidad, fue realizado por la London School of Higiene and Tropical Medicines y publicado por la revista médica británica The Lancet.
La seriedad del estudio llevó a que diversos especialistas reconozcan que loa datos del mismo serán útiles para crear políticas que contribuyan a mejorar la salud sexual alrededor del mundo.
"Nuestras ideas preconcebidas fueron aplastadas", expresaron desde la dirección de la investigación, desde donde revelaron que el equipo esperada encontrar el comportamiento más promiscuo en regiones como Africa, con las tasas más altas de enfermedades transmitidas sexualmente. Sin embargo, esta costumbre es más frecuente en países industrializados, donde la incidencia de esas enfermedades es relativamente baja.

En este camino, el estudio explica que la promiscuidad parece ser un factor menos importante que la pobreza y la poca educación - especialmente en la promoción del uso de condones - para la transmisión de enfermedades sexuales.

Por otra parte, el relevamiento sorprende porque la actividad sexual no está comenzando a edades más tempranas, como habitualmente se cree. Así, en la mayoría de las naciones, hombres y mujeres experimentan su debut sexual a fines de la adolescencia, entre los 15 y los 19 años.
Los investigadores encontraron, además, que las personas casadas tienen más frecuencia de relaciones sexuales, y que la edad de matrimonio se ha ido retrasando, incluso en países en desarrollo.

En algunos casos, las mujeres casadas corren más riesgos de infección que las mujeres solteras.
"Una mujer soltera puede demandar más fácilmente protección en una relación sexual en ciertas circunstancias que una mujer casada", explica otro punto de la investigación.

viernes, 16 de mayo de 2008

Mas sobre la masturbación femenina


Prácticamente cualquier parte del cuerpo es susceptible a provocarnos un orgasmo si la estimulamos convenientemente, pero el clítoris es la puerta hacia el clímax asegurado.

La represión sexual que han vivido durante muchos años las mujeres las ha conducido a buscar otras zonas de su cuerpo en las que recrearse para obtener placer sexual en solitario sin tener que centrar su empeño en los genitales.

Acariciar los senos, la parte interior de los muslos, la tripa o las manos puede resultar tan placentero para algunas mujeres como estimular directamente el clítoris. Aún así, este es la fuente de placer por excelencia a la que no se puede renunciar.

La mejor forma de masturbación femenina es la estimulación directa del clítoris con los dedos. Para calentar motores se puede empezar acariciando los pezones a la vez que se presiona el pubis, y se imprimen movimientos hacia arriba y hacia abajo en la zona del Monte de Venus.

Después se pasa a estimular los labios menores e intercalar movimientos rotatorios o de frotación con pequeños golpecitos o incluso pellizcos en el clítoris, sujetándolo entre dos dedos. Cuando ya casi se está a punto de llegar al orgasmo, introducir los dedos en la vagina para notar las contracciones de sus músculos puede incrementar la sensación de placer.

Para masturbarse se puede jugar con vibradores y otros objetos caseros que se nos ocurran, utilizar lubricantes o colocarse delante del espejo para gozar de la propia imagen y aumentar la excitación. A muchas mujeres les gusta introducirse objetos en la vagina o el ano simulando la penetración de un pene, todo depende de la imaginación y la disposición de cada una.

Unas prefieren masturbarse con las piernas juntas, otras con las piernas separadas, estiradas, boca arriba, sentadas, con los chorros del agua de la ducha o del jacuzzi, frotándose contra una mesa. Hay tantas formas de masturbación como mujeres, ya que obedecen a las preferencias de cada una y al momento. Quizás un día apetece más disfrutar un buen rato del propio cuerpo y otros se tiende a buscar el orgasmo rápido. No hay receta para masturbarse, cada mujer es un mundo.

El 80% de las mujeres se masturban alguna vez en su vida. Muchas descubren así mejores formas de llegar al orgasmo durante el coito e incluso experimentan orgasmos múltiples. Y es que conocer los mecanismos del propio cuerpo es la mejor manera para disfrutar el doble del sexo en pareja.

sábado, 10 de mayo de 2008

Las grandes verdades y mentiras sobre el sexo


El sexo es uno de los temas en los que intervienen más tabúes, mitos y medias verdades. Descúbre qué hay de verdad y de mentira sobre los hombres multiorgásmicos, la masturbación y los orgasmos.

El grupo de psicólogos y sexólogos consultados, han reunido las afirmaciones sobre el sexo más comunes para validarlas o desmitificarlas.

¿Las mujeres tienen dos tipos de orgasmos, uno vaginal y otro clitoridiano?
Falso. Sólo existe un tipo de orgasmo, con independencia del lugar donde se aplique principalmente la estimulación. Las contracciones musculares, las vías nerviosas y los centros nerviosos que se activan para dar lugar a la sensación de orgasmo son siempre las mismas, otra cosa es que la estimulación se aplique en el clítoris, la vagina, los pezones o incluso sea producto de la simple imaginación.

¿La masturbación es cosa de adolescentes?
Falso. La masturbación es practicada por la mayoría de las personas de todas las edades, aunque sea más frecuente tanto en la adolescencia como en la tercera edad.

¿Pueden un hombre y una mujer quedarse enganchados en el acto sexual?
Verdad. Es un caso muy remoto pero posible, debido principalmente a una situación repentina en la que la mujer se asusta y su vagina se contrae. El consejo del experto en estos casos es introducir un dedo en el ano de la mujer y en ese mismo instante retirar el pene aprovechando el reflejo de dilatación vaginal que se produce.

¿Existe el hombre multiorgásmico?
Verdad. Aunque el porcentaje de hombres multiorgásmico es inferior al de las mujeres. Esta agradable capacidad se da fundamentalmente en la primera mitad de su vida sexual y si las condiciones eróticas son favorables.

¿El hombre maduro puede satisfacer menos a una mujer?
Falso. Hay argumentos a favor de que un hombre maduro pueda aportar más placer a una mujer, dado que su urgencia eyaculatoria es menor y puede mantener durante más tiempo la eyaculación y, por tanto, el placer para su pareja.

¿La capacidad sexual de la mujer es máxima a los 38 años?
Verdad, aunque no es obligatoriamente así en todas las mujeres. Sobre esta edad, se suelen dar los orgasmos más intensos, los sueños eróticos más excitantes, un vivo deseo de contacto corporal y la mayor desinhibición sexual.

¿La falta de relaciones sexuales durante mucho tiempo puede ocasionar después orgasmos menos intensos?
Verdad. La ausencia prolongada de orgasmos puede ocasionar cierta falta de fuerza en las contracciones del músculo puboccocigeo, lo que ocasiona orgasmos más débiles. Afortunadamente, esta falta de entrenamiento muscular es fácilmente corregible con unos sencillos ejercicios. Por el contrario, los segundos y terceros orgasmos son más intensos que los primeros para la mayoría de las mujeres.

¿Cuanto antes se empieza la vida sexual, antes acaba?
Falso. Aquellas personas que desde muy temprano gozaron de una vida sexual satisfactoria suelen prolongar más su vida sexual activa; sin olvidar que el placer por acariciar y ser acariciados existe desde el nacimiento hasta la muerte.

¿Llegar juntos al orgasmo facilita la concepción?
Falso. Ni siquiera hace falta llegar al orgasmo para que la mujer quede embarazada.

¿Existen métodos para facilitar que nazca niño o niña?
Verdad, aunque no se trata de métodos "populares" (como los basados en la alimentación, en el día en que se realiza el acto sexual, etc.) sino de métodos científicos basados por ejemplo en la distinta movilidad o densidad de los espermatozoides, con importantes restricciones legales al respecto.