domingo, 6 de abril de 2008

Los peligros de ser un adicto al sexo


Ese síndrome se detecta especialmente en hombres de entre 20 y 35 años. Es similar a otras adicciones, como las drogas y el juego, y los más comprometidos pueden terminar deprimidos o en la ruina.

Los adictos al sexo nunca están plenamente satisfechos. Pasan la mayor parte del día pensando en algún tipo de relación sexual y, en el peor de los casos, terminan solos, deprimidos o arruinados económicamente.

Según explican los especialistas, el comportamiento compulsivo hacia el sexo se inicia, por algún displacer, en la mente. Así, ante problemas laborales, relaciones terminadas o baja autoestima hace que los pensamientos eróticos se conviertan en la válvula de escape.

Se estima que entre el 6 y 10 por ciento de la población a nivel mundial padece esta adicción que, como las drogas, el alcohol y el juego, genera trastornos y graves problemas sociales, laborales y de salud, además de deshacer matrimonios y parejas.

Al tratarse de un problema que no es reconocido como tal por la sociedad, en la mayoría de los casos los adictos pueden ocultarlo. Sin embargo, el síndrome se va profundizando y suele explotar cuando es tarde para tratarlo o cuando ya perjudicó una relación o la salud del adicto.
Las siguientes son algunas características comunes de quienes son adictos al sexo: Utilizan el sexo como droga para intentar superar sensaciones como ansiedad, soledad, enojo y odio. Se inmovilizan por obsesiones románticas y descuidan sus vidas. Nunca les parece suficiente el amor y no pueden evitar ser atraídos por otras personas y se alejan de las personas de las que desean estar cerca.

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